CUENTO DE LA U                    N o se saben aún los motivos que tuvo aquel lobo para        bajar del bosque y llegar a la casa, pero el caso es que allí estaba,        rondando por la parte trasera.                       Totó lo olió enseguida y empezó a ladrar.        Los demás vieron al lobo por la ventana y sintieron miedo.                         -Yo lo asustaré.         -dijo el monstruito-         ¡He tenido una         idea!.           Se puso una vieja sábana encima y salió de repente        gritando:  -U, . u, u, u.     .            El lobo nunca había visto nada parecido y huyó        rápidamente hacia el bosque aullando:         -¡Auuuuu!          Todo volvía a estar tranquilo; el monstruito había        sido un valiente.